introducion al pastel

El desarrollo de la pintura al pastel a lo largo de la Historia del Arte va ligado a la conquista  del dibujo como técnica independiente y no sólo como complemento de la pintura con pincel. Su nombre deriva de la palabra pasta, la masa que se forma al mezclar los pigmentos en polvo con la goma que los aglutina.
El pastel empieza a utilizarse como un medio seco y rápido de aplicar color al dibujo para potenciar los volúmenes y acercarse un poco más a la realidad con el soporte del color, principalmente en el retrato y la pintura de figura. En el siglo XVIII ya es una de las técnicas mas utilizadas entre pintores de la corte francesa, y ha dejado de formar parte del dibujo para convertirse en un medio pictórico con personalidad propia. A partir de entonces estará presente y será protagonista de todos los movimientos artísticos hasta nuestros días.
Si en sus principios el pastel fue un complemento del dibujo en la pintura del retrato, hoy en día   es una técnica que no conoce barreras temáticas, estilísticas ni de concepto.

                  El pastel

El pastel es un medio pictórico que ha resultado atractivo a infinidad de artistas, tanto por la luminosidad e intensidad del color, debida a la gran proporción de pigmento que las barras contienen, como por la sencillez de su manejo, puesto que no requiere paleta, pinceles ni sustancias diluyentes.
El hecho de que el pastel sea una técnica seca proporciona al pintor la ventaja de la rapidez, ya que no se ve obligado a esperar a que la pintura se seque para aplicar nuevas capas encima. Esta pintura, además, encierra una interesante versatilidad que permite pintar con finas líneas superpuestas, hacer veladuras y también trabajar con empaste y colores saturados.

                                                     Composición

La pintura de pastel está compuesta de pigmento puro, yeso y cola. Con esta mezcla se hace una pasta que se modela para darle forma de barra, y se deja secar. La calidad y el tipo de pastel están condicionados por las proporciones de esta mezcla en la pintura; los pasteles de gran calidad no llevan yeso en su composición, ya que se trata prácticamente de una barra de pigmento puro.
Por esta razón, los colores de la pintura al pastel son limpios, intensos y saturados; con los que permiten al artista realizar bellas obras de gran contraste y luminosidad.

                                                        Soportes

El soporte «normal» para la pintura al pastel es un buen papel de color uniforme, del tipo Canson o Ingres. Y si hemos entrecomillado el calificativo «normal» es porque son posibles otros soportes, como lo fueron ciertas telas de seda y terciopelo usados antiguamente, tejidos en los que el pastel se incrustaba con facilidad. Hoy día disponemos de excelentes papeles de color con una amplia gama de matices y variedad de texturas para poder escoger aquel que mas convenga a nuestra futura obra, la cual podremos iniciar a partir de la entonación de fondo dada por el papel y que será una u otra según lo que el tema aconseje. Cuando se trabaje de una marina, por ejemplo, lo mejor será utilizar un papel de tonalidad fría: un gris azulado, pongamos por caso. Si el tema fuese un retrato, lo mas lógico sería decantarse por un papel gris o cálido, de la gama de los sienas o tierras.

           

                                                                                                                                                                      

                                                 
        

                                               Otras características

El pastel es una pasta compuesta de pigmentos y ligantes (goma o resina). Se emplea en la pintura desde el siglo XV, pero fue en el siglo XVIII cuando se empezó a usar de manera habitual en el dibujo y la pintura. Más tarde, los impresionistas la adoptan por la luminosidad de sus matices.
Las barras pastel son más o menos blandas según la calidad del ligante; las más blandas son las más brillantes pero también las más frágiles.
Por el contrario, los colores de pastel figuran entren los más sólidos. Pueden mantener su brillo durante siglos. Por ello hay que utilizarlos sobre papel sin ácido, garantía de longevidad y muy resistente a la luz.
Aterciopelados, luminosos, los colores de pastel seco pueden superponerse o yuxtaponerse porque no se mezclan con facilidad. Se difuminan para crear sombras y luces sutiles.
Se recomienda, por tanto, un papel en grano pronunciado o con una superficie abrasiva que retiene los pigmentos. Elegir un papel de color confiere profundidad a la pintura o el dibujo y resalta la energía del color de pastel.


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