El desarrollo de la pintura al pastel a lo largo de la Historia del Arte va ligado a la conquista del dibujo como técnica independiente y no sólo como complemento de la pintura con pincel. Su nombre deriva de la palabra pasta, la masa que se forma al mezclar los pigmentos en polvo con la goma que los aglutina.
El pastel
El pastel es un medio pictórico que ha resultado atractivo a infinidad de artistas, tanto por la luminosidad e intensidad del color, debida a la gran proporción de pigmento que las barras contienen, como por la sencillez de su manejo, puesto que no requiere paleta, pinceles ni sustancias diluyentes. Composición La pintura de pastel está compuesta de pigmento puro, yeso y cola. Con esta mezcla se hace una pasta que se modela para darle forma de barra, y se deja secar. La calidad y el tipo de pastel están condicionados por las proporciones de esta mezcla en la pintura; los pasteles de gran calidad no llevan yeso en su composición, ya que se trata prácticamente de una barra de pigmento puro. Soportes El soporte «normal» para la pintura al pastel es un buen papel de color uniforme, del tipo Canson o Ingres. Y si hemos entrecomillado el calificativo «normal» es porque son posibles otros soportes, como lo fueron ciertas telas de seda y terciopelo usados antiguamente, tejidos en los que el pastel se incrustaba con facilidad. Hoy día disponemos de excelentes papeles de color con una amplia gama de matices y variedad de texturas para poder escoger aquel que mas convenga a nuestra futura obra, la cual podremos iniciar a partir de la entonación de fondo dada por el papel y que será una u otra según lo que el tema aconseje. Cuando se trabaje de una marina, por ejemplo, lo mejor será utilizar un papel de tonalidad fría: un gris azulado, pongamos por caso. Si el tema fuese un retrato, lo mas lógico sería decantarse por un papel gris o cálido, de la gama de los sienas o tierras.
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Otras características |
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